1 DE MARZO DÍA INTERNACIONAL DE LOS RECICLADORES
Estamos viviendo tiempos complejos en todo sentido, las injusticias de antes tienen nuevos rostros y los escenarios políticos, sanitarios, ambientales y humanitarios, son muy críticos.
Son definitivamente tiempos duros para la humanidad, pero día a día millones de trabajadores no paran de producir y construir futuro. Y por supuesto miles de recicladores: mujeres y hombres de base o de la economía popular; salen por los pueblos y calles del mundo a rescatar los residuos generados para reintegrarlos al sistema productivo, aportando silenciosamente a la disminución de la basura y la sobreexplotación de los recursos naturales. Son millones de toneladas que a diario los RECICLADORES DE BASE recuperan a pesar de las injusticias, el abuso y la pandemia.
Somos un ejército de obreros populares, medioambientales; la mayoría sin salarios, sin seguros médicos, desamparados por los Estados, entregados al frío mundo del mercado, condenados a la pobreza y la marginalidad, muchos amenazados por mafias y corrupción.
Por décadas hemos venido uniendo fuerzas para hacer frente a las dificultades a través de uniones barriales, agrupaciones territoriales, agrupaciones de los vertederos, de cartoneros, chatarreros, cachureros, que fueron fraguando paso a paso a orgánicas más concretas. Desarrollándose cooperativas y asociaciones más grandes, dando paso a unidades regionales y nacionales que van logrando, con mucho sacrificio, moldear la base de una gran unidad internacional.
América Latina es un ejemplo de esta situación. Los recicladores de base del continente hemos ido avanzando decididamente hacia la dignificación y el reconocimiento del hermoso oficio que desarrollamos. Desde México hasta Chile, pasando por la zona caribeña y Ecuatorial. Se disemina entre pueblos, ciudades, aldeas y campos, la idea de levantar una sola voz, un solo puño de lucha por nuestros derechos. Los vilipendiados y humillados por fin mostramos nuestros rostros de frente y con orgullo por lo que somos y lo mucho que aportamos.
Para esto surge la Red Latinoamericana y del Caribe de Recicladores (Red LACRE), organización que ha logrado con esfuerzo y dedicación, representar a recicladores de oficio de más de 18 países de la región, destacándose decenas de dirigentes abnegados y entregados a la organización de los trabajadores del reciclaje, luchando por visibilizarnos y procurar un futuro de bienestar para todos. Red LACRE, ha logrado un verdadero avance en esta tarea, gracias principalmente al trabajo de sus dirigentes emblemáticos entre muchos otros de diferentes países y organizaciones: Silvio Ruiz y Nohra Padilla de Colombia, Severino Lima Jr. de Brasil y Exequiel Roberto Estay Tapia de Chile; este último compañero lamentablemente nos dejó en enero de 2020 producto de un cáncer fulminante que le quitó la vida. Asumió en su reemplazo la compañera chilena Soledad Mella.
Desde hace casi 20 años Red LACRE está desarrollando un esfuerzo continuo por el fortalecimiento de las organizaciones y el avance a nivel latinoamericano y del caribe de los recicladores, apoyando acciones gremiales y políticas en cada país con el objetivo de lograr la incorporación justa de los recicladores en las políticas públicas relativas a reciclaje. Desde el año 2015, implementa el Programa Recicladores Inciden en Latinoamérica. Desarrollando acciones directas de apoyo a movimientos nacionales de recicladores en Uruguay, Ecuador, Panamá, República Dominicana, Guatemala y Costa Rica, trabajando codo a codo con dirigentes nacionales de recicladores y equipos técnicos.
La Red LACRE, se viene articulando con recicladores a nivel mundial a través de Alianza Global de Recicladores, un proceso de articulación con más de 28 países de América, Asia, Europa y África.
Este 1° de marzo los recicladores del mundo conmemoramos el día en el que se recuerdan los hechos ocurridos en marzo de 1992, en la Universidad Libre de Barranquilla en Colombia, 11 cuerpos fueron hallados muertos. Las víctimas habían sufrido golpes y disparos. Los recicladores habían sido engañados por los empleados de la facultad de medicina de dicha universidad, para ingresar al edificio a reciclar material. Una vez dentro, fueron víctimas de golpes y disparos con el propósito de vender sus cuerpos para investigación científica, clases de anatomía y tráfico de órganos.
Un reciclador, a quien el disparo al cráneo no le penetro, fingió estar muerto y logró escapar y contar lo que había sucedido. En memoria de esta masacre y en respuesta a las difíciles condiciones de trabajo por las que día a día luchan miles de recicladores en el mundo, es que se ha declarado el 1° de marzo como el Día Mundial del Reciclador.
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