El cóndor andino, también cóndor de los Cerros, cóndor de los Andes, o simplemente cóndor (Vultur gryphus) es una especie de ave de la familia Cathartidae que habita en América del Sur. El orden al que pertenece su familia se encuentra en disputa. Se extiende por la cordillera de los Andes, cordilleras próximas a ella y las costas adyacentes de los océanos Pacífico y Atlántico. Es el ave no marina de mayor envergadura del planeta no posee subespecies y su nombre procede del quechua kuntur.
Es un ave grande y negra, con plumas blancas alrededor del cuello y en partes de las alas. La cabeza carece de plumas y es de color rojo, pudiendo cambiar de tonalidad de acuerdo con el estado emocional del ave. A diferencia de la mayor parte de las aves de presa, el macho es mayor que la hembra.
Es un ave carroñera. Alcanza la madurez sexual a los cinco o seis años de edad y anida entre los 1000 y 5000 m s. n. m., generalmente en formaciones rocosas inaccesibles. Posee una tasa de reproducción muy baja; se espera que al menos ponga un huevo cada dos años. Es una de las aves más longevas, pudiendo alcanzar la edad de setenta y cinco años en cautiverio.
Es un símbolo nacional de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, teniendo un importante rol en el folclore y la mitología de las regiones andinas de Sudamérica Es ave insigne en otros países como Argentina: en la provincia de Mendoza, donde se le otorga el título de "monumento natural provincial" mediante la ley n.º 6599 sancionada el 12 de mayo de 1998, lo mismo que la provincia de Santa Cruz mediante la ley n.º 2916 sancionada el 24 de agosto de 2006, mientras que la provincia de Tierra del Fuego lo declaró patrimonio natural mediante la ley n.º 558 sancionada el 19 de septiembre de 2002;8 y siendo el caso más reciente en Chile, que mediante decreto del 30 de junio de 2006 le ha otorgado también el título de monumento natural de Chile.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza la cataloga como una especie vulnerable, ya que sufre la pérdida de su hábitat y el envenenamiento por la ingesta de animales intoxicados o de los propios cebos envenenados colocados ilegalmente por cazadores y ganaderos. Varios países iniciaron programas de reproducción en cautividad.
Es considerada como un patrimonio cultural y natural de Sudamérica.
El cóndor andino es considerado una especie Casi Amenazada (NT) por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), con una población con tendencia a disminuir. Fue incluido por primera vez en la Lista Roja de la UICN en 1988 con estado Desconocido (LR/LC), pasando a especie Casi Amenazada en 2004. Las amenazas a la población incluyen la pérdida de hábitat necesario para la búsqueda de alimento, el envenenamiento secundario de los animales muertos por los cazadores y la persecución.
Se encuentra amenazado principalmente en la zona norte de su distribución y es extremadamente raro en Venezuela y Colombia, donde se ha sufrido una disminución considerable en los últimos años. Debido a que está adaptado a una mortalidad muy baja y a bajas tasas de reproducción, es extremadamente vulnerable a la persecución humana, la mayoría de los cuales se deriva del hecho de que es percibido como una amenaza por los agricultores debido a supuestos ataques al ganado. Los programas de educación han sido implementadas por los conservacionistas para disipar este malentendido. Los programas de reintroducción con cóndores criados en cautividad, que liberan aves nacidas en zoológicos de América del Norte en la naturaleza para reforzar la población, se han introducido en Argentina, Venezuela y Colombia.
En Ecuador en el marco del proyecto de "Investigación y monitoreo ecológico del cóndor andino" de la Fundación Cóndor Andino Ecuador, se han identificado cinco principales amenazas para la especie: 1) Pérdida y degradación del hábitat, 2) Cacería ilegal, 3) Envenenamiento de carroñas, 4) Presencia de perros ferales y 5) Escaces de alimento en el sistema nacional de áreas protegidas lo que incrementa el conflicto con el humano en las áreas privadas. De estas cinco amenazas, en la actualidad el envenenamiento de carroñas dirigidas al cóndor andino y las incidentales son una de las principales causas de muerte de la especie, siendo así que, entre diciembre de 2018 y diciembre de 2019 murieron un estimado de 20 individuos por envenanmiento, lo que representa el 13% de su población estimada (150 individuos) en todo el Ecuador de acuerdo al último censo nacional realizado en agosto de 2018 por la Fundación Cóndor Andino Ecuador y el Ministerio del Ambiente. La presencia de perros ferales en los ecosistemas de la especie es otra de las principales amenazas en Ecuador, ya que a más de haberse convertido en sus principales competidores por el alimento, los perros ferales y las pérdidas que causan a las comunidades por el ataque al ganado, motivan el incremento de los eventos de envenenamiento dirigidos a controlar las poblaciones de perros y terminan afectando mayormente al cóndor andino.
En Colombia, Venezuela, y especialmente Perú, se está llevando a cabo en la actualidad proyectos de repoblación en áreas históricamente habitadas por cóndores y de las cuales fueron eliminados en el s. XX. Con en el estudio de registros históricos, se puede afirmar que la densidad poblacional de la especie fue siempre menor en el extremo norte de su distribución (Andes del Norte) comparado con los países del sur, quizá debido parcialmente a que países como Bolivia, Chile y Argentina, poseen vastos territorios relativamente despoblados de humanos y con excelente hábitat para la especie.
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