Éste blog pretende ser el dispositivo pedagógico a través del cual se impulsará el reconocimiento del Medio ambiente como parte integral de la dignidad humana en las actuales generaciones, fundamentado en la frase de Yann Arthus-Bertrand: " Nadie es ambientalista de nacimiento. Es solo tu camino, tu vida, tus viajes lo que te despierta."
El 4 de agosto se celebra el Día Latinoamericano de las Frutas, una
fecha es impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por
la Organización de las Naciones Unidad para la Alimentación y la
Agricultura (FAO) con el objetivo de incentivar el consumo de frutas y
verduras en la población debido a que estudios realizados en el
continente demuestran el bajo consumo de estos alimentos con respecto a
otros lugares del mundo.
En botánica, el fruto es el órgano procedente de la flor, o de partes
de ella, que contiene a las semillas hasta que estas maduran. El fruto
es otra de las adaptaciones, conjuntamente con las flores, que ha
contribuido al éxito evolutivo de las angiospermas. Así como las flores
atraen insectos para que transporten polen, también muchos frutos tratan
de atraer animales para que dispersen sus semillas. Si un animal come
un fruto, muchas de las semillas que éste contiene recorren el tracto
digestivo del animal sin sufrir daño, para después caer en un lugar
idóneo para su germinación.
Las frutas y verduras son importantes componentes de una dieta
saludable y su consumo ayuda a prevenir diversas enfermedades, como las
cardiopatías, el cáncer, la diabetes y la obesidad. La Asociación
Americana del Corazón y otros organismos Internacionales recomiendan que
nuestra dieta incluya 5 o más porciones de frutas y verduras al día.
Son ricas en minerales, tienen gran cantidad de fibra y alto contenido
de agua. Las vitaminas, los minerales y otros componentes de las frutas y
las verduras son esenciales para la salud humana. Además, el aumento
del consumo de frutas y verduras puede ayudar a desplazar los alimentos
ricos en grasas saturadas, azúcares o sal.
La ingesta insuficiente de frutas y verduras es uno de los 10 factores principales de riesgo de mortalidad a escala mundial.
De acuerdo al Centro de Monitoreo de la Conservación Colombia hace
parte de los 17 países considerados megadiversos, al ser un país con una
alta variedad de organismos y ecosistemas, nuestro país ocupa los
primeros puestos en abundancia de algunas especies de flora y fauna,
tener este reconocimiento plantea una gran responsabilidad con el mundo.
Según WWF, Colombia es el segundo país con mayor biodiversidad en el mundo con 54.870
especies entre animales vertebrados, invertebrados, plantas y
vegetales. Entre las especies prioritarias, se encuentran las tortugas
marinas, los jaguares y los osos de anteojos, entre otros.
Este día tiene como propósito exaltar la belleza y variedad de formas
de vida que existen en nuestro planeta, igualmente generar conciencia
sobre el impacto que tiene el desarrollo humano frente a los espacios
naturales, ya sea por su destrucción o modificación. Es importante
mencionar que el tráfico de especies salvajes, está
catalogada como una de las actividades ilegales que más dinero recauda.
En ese sentido el ser humano debe lograr convivir en equilibrio con las
demás formas de vida, de lo contrario esta situación traerá muchos
sucesos negativos para la supervivencia de la vida en el planeta.
En general las principales amenazas que sufren las especies que se
encuentran en su hábitat natural son la caza furtiva, el comercio
ilícito y el cambio climático para reducir estas amenazas es necesario
concienciar a la población y sobre todo a las nuevas generaciones de la
importancia de conservar la biodiversidad de especies y de hábitats.
El DAGMA invita este Día Nacional de la Vida Silvestre a reconocer la
importancia de valorar y cuidar a las especies de flora y fauna de la
ciudad como parte de la vida y para evitar su extinción. La desaparición
de una sola especie silvestre genera un desequilibrio sin precedentes
en los ecosistemas y el daño ambiental es irreversible.
Empoderar a la juventud para construir las familias que quieren
Las tasas de fertilidad siguen disminuyendo a nivel mundial, y
algunos ya advierten sobre un posible “colapso demográfico”. Sin
embargo, el informe sobre el Estado de la Población Mundial
del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) muestra que la
verdadera crisis a la que se enfrenta el mundo no tiene que ver con la
despoblación, sino con la pérdida de la capacidad de acción en el ámbito
reproductivo: la mayoría de las personas quiere tener hijos y muchas
personas desean más hijos de los que pueden tener.
Bajo el lema “Empoderar a la juventud para que puedan formar las
familias que desean en un mundo justo y lleno de esperanza”, el Día
Mundial de la Población de 2025 pone de relieve este desafío, con el
objetivo de asegurar que las y los jóvenes cuenten con los derechos,
recursos y oportunidades para decidir su propio futuro.
La inseguridad económica, la desigualdad de género, el limitado
acceso a una atención sanitaria y a una educación, la crisis climática y
los conflictos son algunos de los principales obstáculos a los que se
enfrenta la juventud. Según una encuesta del Fondo de Población y YouGov
a más de 14.000 personas en 14 países, la mayoría de jóvenes deseaba
tener más hijos, pero se lo impedían barreras sociales, económicas o de
atención sanitaria.
Para dar una respuesta eficaz a las tendencias demográficas
mundiales, los dirigentes deben priorizar las necesidades y las
opiniones de los jóvenes. Necesitan algo más que servicios: necesitan
esperanza, estabilidad y un futuro por el que merezca la pena
planificar. Como dijo un joven activista al UNFPA: "Los jóvenes no solo
piensan en sus futuros hijos, sino también en el mundo que esos hijos
heredarán". Defender sus derechos es fundamental para el desarrollo
sostenible, la paz y la dignidad humana.
¿Sabías que...?
Casi
1 de cada 5 personas afirma que el miedo a lo que pueda deparar el
futuro —como el deterioro medioambiental, las guerras o las pandemias—
había provocado o iba a provocar que tuvieran menos hijos de los
deseados.
Factores
económicos como el acceso a la vivienda, el costo del cuidado infantil o
la inestabilidad laboral son limitaciones a la hora de decidir el
número de descendientes que pueden tener las familias. El 39 % señala
que las dificultades financieras han afectado su decisión de tener más o
menos hijos.
La edad media mundial para tener hijos ha ido aumentando y ahora se sitúa en los 28 años.
Casi el 20 % de los adultos en edad reproductiva creen que no podrán tener el número de hijos que desean.
El
acceso a la atención sanitaria en materia de reproducción sigue siendo
un reto, ya que el 18 % afirma tener dificultades para obtener
anticonceptivos o servicios relacionados con la fertilidad.
Tendencias demográficas
Tuvieron que transcurrir cientos de miles de años para que la
población mundial creciera hasta alcanzar los 1000 millones de
habitantes, y solo en unos 200 años más se multiplicó por siete. En
2011, la población mundial alcanzó la cuota de los 7000 millones de
personas y en 2021 la cifra aumentó a casi 7900 millones de personas.
Las previsiones hablan de 8500 millones para 2030, 9700 millones en 2050
y 10.900 millones en 2100.
Este espectacular crecimiento se ha visto impulsado por el
creciente número de personas que llegan a la edad reproductiva, y ha
venido acompañado de cambios importantes en las tasas de fecundidad, el
aumento de la urbanización y la aceleración de la migración. Estas
tendencias tendrán consecuencias de largo alcance para las futuras
generaciones.
En el pasado reciente se han registrado cambios notables en las
tasas de fecundidad y en la esperanza de vida. A comienzos de la década
de 1970, las mujeres tenían una media de 4,5 hijos cada una; en 2015, la
fecundidad total mundial había caído hasta unos 2,5 hijos por mujer.
Mientras tanto, la vida media de una persona ha aumentado de 64,6 años a
comienzos de la década de 1990 hasta 72,6 años en 2019.
Por otra parte, en el mundo se registran unos elevados niveles de
urbanización y una aceleración de la migración. En 2007, por primera
vez, vivieron más personas en zonas urbanas que en zonas rurales, y en
2050 alrededor del 66% de la población mundial vivirá en ciudades.
Estas megatendencias tienen consecuencias de gran alcance. Afectan
al desarrollo económico, al empleo, a la distribución de la renta, a la
pobreza y a las protecciones sociales. Asimismo, repercuten en los
esfuerzos por garantizar el acceso universal a la atención médica, la
educación, la vivienda, el saneamiento, el agua, los alimentos y la
energía. Para satisfacer de manera más sostenible las necesidades de las
personas, los encargados de la formulación de políticas deben saber
cuántas personas viven en el Planeta, dónde se encuentran, qué edad
tienen y cuántas personas habrá en el futuro.